Un
hombre que se sentía orgullosísimo del césped de su jardín se encontró un buen
día con que en dicho césped crecía una gran cantidad de «dientes de león».
Y
aunque trató por todos los medios de librarse de ellos, no pudo impedir que se
convirtieran en una auténtica plaga.
Al
fin escribió al ministerio de Agricultura, refiriendo todos los intentos que
había hecho, y concluía la carta preguntando:
—
¿Qué puedo hacer?
Al
poco tiempo llegó la respuesta:
—Le
sugerimos que aprenda a amarlos.
Autor: Anthony de Mello
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